TRABAJAR CON LAS EMOCIONES



Trabajar con las emociones



Pautas generales
Reconocer que la emoción está asociada a un factor mental interno, no a las causas del exterior.
La certeza de que las emociones son impermanentes y no nos pertenecen.
No juzgar, no comparar.
En la práctica abordaremos dos caminos:
La toma de consciencia de nuestros estados mentales conflictivos para reconocer como nos afectan. Así veremos surgir las distintas mentes como un observador desapegado, y desde esa consciencia podremos superar lo negativo.
Cultivar y afirmar lo positivo: potenciando virtudes innatas en nuestro ser como la compasión, la ecuanimidad, la alegría.


Meditaciones para la transformación
     
Nos creemos indignos de alcanzar la plenitud. Creemos que tenemos que cambiar algo, pero la realidad es que en esencia somos puros.
 Las emociones negativas se enganchan en el cuerpo primero a nivel energético y luego a nivel físico creando nudos. Por medio de esta meditación deshacemos estos nudos y nos reconocemos inocentes.
Sanación /Limpieza interior
Práctica:
Situamos una luz blanca frente a nosotros e imaginamos que penetra por la coronilla y nos vuelve transparentes purificando cada parte de nuestro  cuerpo y transformando  las tensiones, que se manifiestan como humo  negro, en luz transparente.
Cráneo: La luz blanca purifica conceptos y tensiones mentales
Garganta: La luz blanca purifica problemas de expresión
Diafragma, brazos y manos: La luz blanca purifica odio, desesperación y desamor
Cintura: La luz blanca purifica avaricia y orgullo
Pelvis: La luz blanca purifica celos y trabas sexuales
Piernas y plantas de los pies: La luz blanca purifica inseguridad falta de arraigo y dudas.
 Una luz multicolor se expande en el pecho y baña a todos los seres. Nos purificamos internamente y nos envolvemos en plena atención y silencio.

 Recuerdos agradables y desagradables.


Si hacemos esta práctica no nos será difícil relacionar las sensaciones físicas con emociones y pensamientos. Y este es el primer paso para desmontar nuestros hábitos negativos.


           Práctica:
Piensa en una situación muy agradable que te haya sucedido recientemente. Revívela con intensidad durante unos momentos, recordando con la mayor nitidez posible el lugar en el que te encontrabas, lo que hacías, con quién estabas, si destacaba algún sentido sobre otro,(la vista si lo agradable se manifestaba por un paisaje; el gusto, si disfrutabas de una buena comida en compañía etc..)
Al cabo de unos minutos lleva tu atención a la respiración. Probablemente respires de forma pausada y profunda, con una cierta sensación de holgura.
Tu cuerpo estará más relajado y tu mente espaciosa.

Dedica ahora unos momentos para revivir una situación desagradable, como cuando nos hemos peleado con un familiar o hemos recibido un  fuerte disgusto. Visualiza claramente la situación con todos los detalles posibles….
Y ahora…  ¿Hay algo en la respiración que haya cambiado? ¿Se ha vuelto más acelerada y corta? ¿Cómo está tu cuerpo? ¿Hay más tensión acumulada? ¿En qué zonas?


     Mirando profundamente las emociones
Del libro El florecer del loto de Thich Nhat Hanh:



“Cada vez que reconocemos un sentimiento de dolor y nos familiarizamos con él, lo ponemos en contacto más estrecho con nosotros mismos. Poco a poco miramos en la sustancia y las raíces de ese dolor. Miedo, inseguridad, cólera, tristeza, celos y apego forman bloques de sentimientos y pensamientos dentro de nosotros y necesitamos tiempo para reconocerlos y mirar dentro de ellos. La atención plena en la respiración lleva a cabo la tarea de hacer soportables los sentimientos dolorosos. La plena consciencia
reconoce la presencia de los sentimientos, los amortigua y permite que continúe el trabajo de observación.
Todas las semillas de dolor están presentes dentro de nosotros y, si seguimos olvidándolas, las semillas crecerán más fuertes creando cadenas y nudos de sufrimiento. Los nudos se crean cuando suprimimos repetidamente nuestra consciencia tanto de los sentimientos y pensamientos  agradables como de los desagradables”.


Práctica:

Tomamos cada punto cómo una meditación en sí, trabajando con la respiración consciente, meditamos  en la propuesta, y conscientes de cualquier emoción sonreímos  como medio de aceptación plena y transformación de esa emoción. Entre una propuesta y la siguiente marcamos un tiempo de silencio que puede variar entre 15 ó 20 respiraciones, a varios minutos.
                        










1         Consciente de mi cuerpo, inspiro.

Sonriendo a mi cuerpo, espiro.

Consciente de mi cuerpo, sonrío.



2          Sintiendo el dolor de mi cuerpo, inspiro.

Sonriendo al dolor de mi cuerpo, espiro.

Sintiendo el dolor físico, sonrío.

3         Consciente de los contenidos de mi mente, inspiro.
Sonriendo a los contenidos de mi mente, espiro.
Consciente de la mente, sonrío

4         Sintiendo el dolor de mi mente, inspiro.
Sonriendo al dolor de mi mente, espiro.
Sintiendo el dolor en la mente, sonrío.

5         Sintiendo el dolor del miedo en mí, inspiro.
Sonriendo al dolor del miedo en mí, espiro.
Sintiendo el miedo, sonrío.

6         Viviendo el sentimiento de inseguridad en mí, inspiro.
Sonriendo al sentimiento de inseguridad en mí, espiro.
Viviendo la inseguridad, sonrío.

7         Viviendo el sentimiento de tristeza en mí, inspiro.
Sonriendo al sentimiento de tristeza en mí, espiro.
Viviendo la tristeza, sonrío.

8         Viviendo el sentimiento de cólera en mí, inspiro.
Sonriendo al sentimiento de cólera en mí, espiro.
Viviendo la cólera, sonrío.

9         Viviendo el sentimiento de celos en mí, inspiro.
Sonriendo al sentimiento de celos en mí, espiro.
            Viviendo los celos, sonrío.

10       Viviendo el sentimiento de apego en mí, inspiro.
Sonriendo al sentimiento de apego en mí, espiro.
Viviendo el apego, sonrío.

11       Viviendo el sentimiento de alegría en mí, inspiro.
Sonriendo al sentimiento de alegría en mí, espiro.
Viviendo la alegría, sonrío.

12       Sintiendo la alegría de la libertad, inspiro.
Sonriendo a la alegría de la libertad, espiro.
Alegría de libertad, sonrío.

13       Sintiendo la alegría de liberación, inspiro.
Sonriendo a la alegría de liberación, espiro.
Alegría de liberación, sonrío.




     

Inteligencia emocional. Autoexamen

Una persona sana emocionalmente está dotada de las siguientes características:


1. Es capaz de automotivarse.
2. Es capaz de persistir frente a las decepciones.
3. Controla los impulsos y demora su gratificación.
4. Regula el humor.
5. Evita que los trastornos disminuyan su capacidad de pensar.
6. Muestra empatía.
7. Abriga esperanzas.
8. Se lleva bien con la gente.
9. Conoce y controla sus emociones y sentimientos.
10. Interpreta y enfrenta con eficacia los sentimientos de otros.
Práctica:
Valora cada característica del 1 al 10, siendo el uno el valor más bajo y el diez el más elevado, y tendrás un acercamiento a tu capacidad emocional.

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