Hemos atravesado un proceloso mar hasta llegar a una relativa calma mental.
Hemos revisado cuales son las emociones que más nos desestabilizan y ahora, sin tanto ruido mental, nos podemos adentrar en la observación de la naturaleza de la mente.
¿Qué es la mente? ¿Tiene color? ¿Tiene alguna forma? ¿Tiene alguna sustancia que pueda ser tocada?
La mente está ahí, pero si observamos con atención mientras estamos meditando no veremos ningún color, ni forma ni sustancia.
En la antigüedad, cuando un estudiante pedía instrucción a un Maestro, éste le indica de forma escueta:
"mira la naturaleza de la mente", y con esa enseñanza el estudiante trabajaba en soledad por meses o años hasta que reconocía la naturaleza de la mente y volvía a cotejar lo experimentado con el Maestro.
En la actualidad parece que no tenemos ese afán investigador, o nos flaquean las fuerzas, o no encontramos la voluntad suficiente para mantenernos en la incertidumbre de no saber cuál es la naturaleza de la mente.
Los maestros como Kalu Rimpoche lo saben y nos dan indicaciones más precisas sobre lo que debemos buscar.
La mente es ESPACIOSIDAD y CAPACIDAD DE CONOCER.
Y esto es lo que tenemos que reconocer desde la experiencia.
Este reconocimiento solo se puede dar desde una mente apaciguada, en la que las distracciones y emociones perturbadoras han perdido su fuerza y se repliegan a un segundo plano.
La mente siempre está ahí generosa demostrándonos que somos algo más que nuestros pequeños cuerpos y nuestras pequeñas cuitas. Que es pura espaciosidad y pura luminosidad (capacidad de conocer).
os dejo un link muy interesante
ResponderEliminar"LA MELODIA QUE EMITE EL CORAZON ES PRECIOSA"
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120319/54270745672/patrick-drouot-la-melodia-que-emite-el-corazon-es-preciosa.html